No te elevas al nivel de tus metas, desciendes al nivel de tus sistemas



EL DESDE DÓNDE:

Un tema negativo que aparecía recurrentemente en mi día a día era mi incapacidad absoluta de mantener una planificación en el largo plazo. No es que no tuviera claro qué tenía que hacer sino que al menor contratiempo abandonaba toda buena intención para seguir focalizada en mis objetivos a largo plazo. Y de repente cayó en mis manos el libro "Hábitos Atómicos" de James Clear. Lo devoré en una semana y me hizo entender dónde estaba fallando cuando quería conseguir mis objetivos con la empresa: "No te elevas al nivel de tus metas, desciendes al nivel de tus sistemas". 

Ahí estaba la clave, tenía clara mis metas pero los sistemas que estaba utilizando no eran los correctos. Empezar con hábitos tan pequeños que no pudiera ignorarlos y luego construir sobre ellos fue la base para poder ir escalando tanto en mi negocio como en mi vida personal, aún utilizo estos pequeños cambios o hábitos atómicos para lograr mis metas, por ambiciosas que sean.

EL QUÉ:

Hay que subrayar la importancia de tener sistemas y procesos efectivos en lugar de confiar solamente en metas ambiciosas. Significa que, sin importar cuán grandes sean nuestros objetivos, nuestro éxito real dependerá de los sistemas y hábitos que implementemos para alcanzarlos. Si nuestros sistemas son deficientes, nuestros resultados lo reflejarán, impidiendo que alcancemos nuestras metas. En resumen, el éxito sostenible y la mejora continua se basan en la calidad y consistencia de los sistemas establecidos.

EL CÓMO:

Formar hábitos positivos y eliminar los negativos nos llevan a mejorar significativamente a largo plazo. La base es el concepto de que el éxito no proviene de grandes cambios radicales, sino de la acumulación de pequeñas mejoras diarias. James Clear propone un modelo de cuatro pasos para la creación de hábitos: señal (desencadenante), deseo (motivación), respuesta (acción) y recompensa (beneficio). 

Entender y manipular estos componentes nos permite a los emprendedores diseñar hábitos que apoyen nuestras metas a largo plazo. Por ejemplo, hacer que la señal sea visible (tener una lista de tareas en el escritorio), aumentar el deseo (recordar los beneficios de ser productivo), hacer que la respuesta sea fácil (eliminar distracciones) y asegurarse de que la recompensa sea satisfactoria (permitirse un pequeño descanso después de completar una tarea importante).

EL PARA QUÉ:

Este enfoque nos permite a los emprendedores crear hábitos que no solo son sostenibles, sino que también están alineados con nuestros objetivos personales y profesionales. Al centrarnos en estas pequeñas mejoras diarias, podemos lograr un progreso constante y significativo, llevando a un crecimiento continuo tanto a nivel personal como en el negocio.

SE TRADUCE EN:

Podemos tener un impacto más significativo y duradero si en lugar de centrarnos solamente en el "qué" queremos lograr, nos enfocamos en "quién" queremos ser tras adoptar los nuevos hábitos. Se traduce en la idea de "identidad" en la formación de hábitos y en lugar de "quiero ser más productivo en mi día a día" implementar "soy una persona productiva".

EN ESCALE:

Forma parte del segundo paso de la metodología: S de Sincronizar acciones. Más info aquí: www.escale.club.

POR DÓNDE EMPEZAR:

Un libro: "Hábitos Atómicos" de James Clear.

 

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